Cómo Enfrentar Las Batallas Que Se Desatan En Nuestra Mente

 

 

 Las batallas más épicas y desafiantes sin dudas se dan en nuestra mente. Lo que pensamos determina nuestras creencias, nuestras confesiones y nuestras acciones. Por eso la Palabra es muy clara y nos aconseja rever nuestros pensamientos continuamente.

«No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta» (Romanos 12:2, NTV).

Debemos pensar (intencionalmente) en lo que estamos pensando. Estar alertas y atentos para identificar cuando nuestra mente comienza a alimentar ideas que atentan contra la identidad que Dios nos ha dado. Nuestra meta debería ser poder desarrollar cada día más la mente de Cristo para expresar en este mundo todo lo que él ES, con la ayuda del Espíritu Santo lo podremos lograr. «En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes» (Efesios 4:23, NTV).

El enemigo intentará de forma persistente atacar nuestra mente con imágenes, con ideas o con palabras que nos generen sentimientos negativos para producir confusión, duda e incredulidad. Nuestra mente es su objetivo, porque sabe que si nos rendimos ante sus influencias todas las áreas de nuestra vida se verán afectadas. Recordemos que como pensamos, creemos, hablamos y actuamos. Por eso debemos dar batalla y proteger nuestros pensamientos, ¿cómo los protegemos? Renovándolos todos los días. Podríamos decir que es como ordenar y limpiar una habitación: empezaremos identificando lo que no pertenece a ese cuarto, luego ubicaremos los elementos dispersos en el lugar correcto, seguiremos por eliminar los papeles y todo lo que no sirve, y ¿por qué no? perfumaremos para después poder disfrutar ese espacio.

Nuestra mente necesita el mismo proceso: ordenar e identificar lo que estamos pensado, reemplazar pensamientos incorrectos por correctos. Eliminar los que no sirven: dejar de pensar en cosas que no nos edifican y no están de acuerdo a lo que Dios dice de nosotros. Alimentar los pensamientos correctos con la Palabra de Dios que es básicamente trasladar lo que Dios piensa a nuestra mente. Es más la palabra dice: «Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza» (Filipenses 4:8, NTV).

Meditemos, pensemos, concentrémonos, profundicemos en todas las promesas que están en la Biblia, mantengamos nuestra mente ocupada en ellas, recordémoslas y hagámoslo de manera intencional para disfrutar los resultados de una mente que ha sido trabajada y renovada para pensar, creer y accionar de acuerdo a los pensamientos de Dios.

No podemos dejar de mencionar que hablar la Palabra, confesarla con nuestra boca, es una de las herramientas más importantes para darle batalla a los pensamientos que el enemigo pretenda instalar en nuestra mente. Una mente transformada es capaz de cambiar nuestro mundo.

Comentarios